Doctor Estético (2001)

Esta serie de textos del 2001 forman parte del inicio del trabajo relacionado al Manual de estilo del arte contemporáneo (2005). Varios de estos fueron publicados en la revista Saber Ver (2004) y en la antología MyWays, publicada por Rita McBride y David Gray (2006).

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Estimado Doctor (Est)ético,

Soy un guardia de seguridad en un museo con una obsesión incontrolable por alterar minúsculamente las pinturas del museo cuando nadie me observa.  Las marcas que hago en las obras son casi invisibles, de manera que los conservadores y curadores nunca notan las alteraciones graduales que le hago a las obras de día a día. Tengo la esperanza de que después de algunos años las pinturas serán tanto mías como del artista que las creó. ¿Estoy acaso equivocado en mi proceder?

Guardia artístico

Estimado Guardia artístico,

La cuestion de si usted tiene o no derecho a alterar las pinturas depende realmente de la época de las pinturas, la cual usted no especificó. Si es una obra de época, probablemente usted debería de estar avergonzado de sí mismo, renunciar inmediatamente, y entregarse a las autoridades. Sin embargo, si la obra fue hecha después de Duchamp, y sobretodo si es un Anselm Kiefer, realmente no importa. Si es una obra de los sesentas, ni siquiera tiene que ocultar sus intentos por destruírla —a final de cuentas, los artistas de esa generación adoraban que la gente participara en el acto creativo.

Estimado Doctor (Est)ético,

Soy un galerista influyente en Nueva York. Mi compañero por muchos años me ha financiado generosamente mi galería. Es realmente gracias a él que he logrado sobrevivir en el cruel mundo del arte e inclusive conseguir una posición envidiable. Sin embargo, ahora mi compañero y yo hemos terminado nuestra relación y me veo obligado a cerrar mi galería. Me encuentro encarando el dilema de ya sea confesar la verdad  (que mi galería realmente nunca fue viable financieramente por sí sola) o anunciar que he dejado el mundo del arte por alguna relación extraña, como religiosa o algo por el estilo. ¿Cuál es la decisión correcta?

Un Galerista abandonado

Estimado galerista abandonado,

Su situación es definitivamente difícil y no sin riesgos. Al confesar la verdad al público, no solo revelará su falta de talento como comerciante y potencia en el mundo del arte, sino que también arruinará las carreras de todos aquellos artistas que usted apoyaba. Y ya sabe usted lo que es el mundo del arte: una vez que le dan la espalda, ya no hay remedio. Solo hay una salida honorable: el budismo. Los neoyorkinos respetan ese tipo de cosas.

Estimado Doctor (Est)ético,

Soy una crítica de arte con una gran reputación de seriedad y profesionalismo. Sin embargo el otro día coincidió con que tenía agruras, mi gato había muerto y descubrí que mi novio me engañaba con otra. Tenía una fecha límite para entregar una reseña y tuve que visitar y escribir sobre la exposición ese mismo día.  Escribí una de las críticas más despiadadas y virulentas de mi vida. Me sentí maravillosamente satisfecha después de haberlo hecho. ¿Hice mal?

Crítica temperamental

Estimada crítica temperamental,

No se debe sentir mal en absoluto. Hizo usted buen uso de su energía creativa. Después de todo, si los artistas se dedican a transformar sus sentimientos de frustración, depresión y agresividad a través de sus obras, por qué no podría un crítico hacer lo mismo?

Estimado Doctor (Est)ético,

Adoro ir a los museos y tengo un gran respeto por todo tipo de obra de arte en ellos. De hecho, siempre he sostenido que siempre le dedicaré mi atención a todas las obras de arte en cada exposición que visite, y que le daré mi tiempo por igual indistintamente a cada obra. Sin embargo, no sé que hacer con las instalaciones de video. Algunas duran eternidades. ¿Qué es lo que debo hacer?

Espectador dedicado

Estimado Espectador dedicado,

Admiro profundamente su dedicación al arte de experimentar el arte. Sin embargo, hay una serie de reglas tácitas acerca del arte de video que en esta ocasión estoy dispuesto a revelarle a usted y a nuestro público lector.  Cuando el video dura un minuto, uno tiene la obligación de verlo, incluso si es intolerable. Si dura alrededor de cinco minutos, uno puede dejarlo a la mitad, siempre y cuando no haya nadie alrededor. Si es aún más largo que eso, puede abandonar la obra cuando quiera, pero si hay otros espectadores a su lado, debe de salir casualmente diciendo algo asi como “que maravilla de video; siempre que lo veo me fascina”, lo cual tiene el fin de eliminar la sospecha de que usted no lo ha visto de principio a fin.

Estimado Doctor (Est)ético,

Soy un artista que por alguna razón no podía conseguir una sola exposición en Nueva York. Decidí seducir a una galerista con el fin de conseguir mi exposición. La relación de hecho se convirtió en algo muy serio y ahora resulta que nos vamos a casar. Pero ahora, resulta que al exponer en la galería de mi futura esposa no voy a tener credibilidad como artista. ¿En donde me equivoqué?

Artista inexperto

Estimado artista inexperto,

Evidentemente comenzó usted bien, pero hizo un error de cálculo fundamental en la ejecución de su plan. Debería haber seducido a alguna coleccionista que fuera cliente cercana de la galerista, convencerla de que convenciera a la galerista de exponer su obra, luego tener la exposición, y después dejar tanto a la galerista como a su amiga para proceder a la siguiente galería.

Estimado Doctor (Est)ético,

Mi hijo es inteligente y talentoso, pero insiste en querer ir a una escuela de arte para convertirse en un artista famoso. Yo le digo que no, que sería más útil que estudiara leyes, administración de empresas o algo por el estilo. ¿Estoy equivocada?

Madre preocupada

Estimada Madre preocupada,

Tiene usted toda la razón. Para que su hijo se convierta en un artista famoso, es mejor que no pierda el tiempo en la escuela de arte. Si estudia administración de empresas, ingeniería industrial y leyes, aprenderá a ser el buen político, auto-promotor y empresario conceptual que todo artista debe de ser, desarrollará su capital y lo utilizará para contratar a gente que le produzca y promueva su obra.

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